Comentario al libro “El beso de
judas” de Joan Fontcuberta
Capitulo III “Elogio del vampiro”
Oliver Wendell Holmes en 1861 califico a la fotografía como "un espejo
con memoria", y esta idea cuajo con mucha fuerza. Esto lo marca
Fontcuberta recién inicia el capitulo, a continuación menciona que en la idea
de la foto como espejo, al espejo se le han dado una fuerte carga simbólica, en
la que este nos devuelve algo, como puede ser la verdad, la sinceridad o el
contenido del corazón. Pero los espejos también invierten la realidad, la
deforman, le dan una función, y entonces si se equipara con la foto, esta
también tiene estas funciones.
Con este planteamiento el autor pone 2 ejemplos de personajes míticos que
tienen relación con los espejos: Narciso y el vampiro, uno esta enamorado de su
reflejo, el otro no lo tiene. Esta idea la traslada a los fotógrafos, por un
lado pone a Diane Arbus, con sus fotos de
freaks, de inadaptados a los cuales retrata y se vuelven en su fin, la
imagen para ella es un fin en si mismo, no un medio, entonces es como Narciso.
Por otro lado Fontcuberta menciona a Cindy Sherman, quien con sus falsos
autorretratos plantea que solo somos un producto cultural y para ella la foto
es la ilustración de un discurso artístico, entonces es solo un medio para
llegar a un fin, es un vampiro de la foto. Esto lo sigue ejemplificando con dos
autores más, Daniel Canogar y Keith Cottingham, pero creo que mas halla de
describir su obra, lo importante en ellos dentro de esta cuestión de los
“vampiros” es que nuevamente hacen uso de la foto como un medio para
expresarse, no un fin, en este caso el fin es ejemplificar el divorcio entre la
imagen y el objeto.
Finalmente desde mi punto de vista este es el elogio al vampiro, su
capacidad para quita ese peso que tiene el objeto en la fotografía.
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